LA ÚLTIMA DE VISOR
El editor cerró el canon.
Cuando aparecieron en conjunto en nuestra esclerótica sociedad patriarcal, a mediados de los 80 fueron tratadas como una especie de miniboom y solo faltó (como me dijo Rossella Di Paolo) que se les convoque y se organice con ellas “un seleccionado de voleibol” para tentar suerte en las Olimpiadas. En esos años el error fue tratar a la poesía escrita por mujeres como la catarsis de un género (oprimido), ergo como si se tratara de un subgénero –y si ellas alguna vez debieron hacerse de la vista gorda y aceptar el juego fue para legitimar un espacio, uno que les pertenecía desde hace mucho.
Luego, al diluirse el prejuicio –padre de la estupidez de acuerdo con Tabori- desapareció el impacto mediático y ese espacio (que para el canon era solo de "ellos") empezó a organizarse de manera que fue compartido. Ya no más Tobis ni Lulús –a pesar de algunas pataletas, propias de la histeria feminazi, ajena al feminismo.
“Ellos”, nosotros, vencimos lo que la cultura nos había hecho . Desde entonces “ellas” fueron, son nuestros pares, aprendimos. Y tanto que si hoy alguno se refiriera a las obras de Anne Carson o Mary Jo Bang (para hablar de dos escritoras que admiro) como propias de la “poesía femenina” este sería considerado (al menos por la mayoría) como un verdadero estúpido.
“Pero la mayoría son estúpidos no por influencia de sus antepasados o de sus contemporáneos. Es el resultado de un duro esfuerzo personal. Hacen el papel del tonto. En realidad, algunos sobresalen y hacen el tonto cabal y perfecto. Naturalmente, son los últimos en saberlo, y uno se resiste a ponerlos sobre aviso, pues la ignorancia de la estupidez equivale a la bienaventuranza”[1].
¿Esto quiere decir que Chus Visor es un estúpido? Que nadie me prive del gusto de no conocerlo para aclarar la duda pero no, no lo creo.
Su juego es el de “hacerse el tonto”. Con esta perfomance gana espacio y cobertura (tanto así que hasta nosotros caemos) Y mientras, con tesón obstinado, Chus Visor insiste en lo que verdaderamente le importa: reconstruir un canon, uno ya demolido por la heterodoxia y la libertad innatas en la(s) escritura(s), a través del reciclaje de discursos fallidos. Un revival de fracasos, remasterizados en la voz de nuevos intérpretes (Medel o Lanseros; aparte, claro está, de sus diádocos, reunidos en un Cártel, a orillas del río Fuerte, en México)
Solo un móvil de esta naturaleza podría explicar una declaración tan (aparentemente) pueril como aquella en la que afirma (que) "la poesía femenina" no está a la altura de "la masculina" en España, que en todo el siglo XX no hay "ni una sola gran poeta".
El escándalo (calculado) es la nueva ficha por la que apuesta Chus Visor luego de haber fracasado (jamás comercialmente, que eso quede muy en claro) con su triquiñuela sobre la incertidumbre o la apertura de un canon (para el confort de unos cuantos socios exclusivos)
Yo no creo que el lector español sea tan crédulo como para prender una vela y tragarse el cuento. En lugar de indignarme prefiero leer a Olvido García Valdés y otras poetas más jóvenes (Lola Nieto, Layla Martínez, Ángela Segovia o Berta García Faet), las mismas que reunimos aquí: http://transtierros.blogspot.com/2015/04/tunel-rojo-blanco-poetas-espanolas-de.html.
Conózcanlas, se las presento.
________________________________________
[1] Tabori, Paul. Historia de la estupidez humana.